Distrito 11 de Alcohólicos Anónimos
Área México Valle de Toluca
¿Cómo Funciona A.A.?
Hay que destacar el hecho de que el único requisito para ser miembro de A.A. es el deseo de dejar la bebida. Nada más. A.A. no exige juramentos ni compromisos personales de ninguna clase. Durante sus días de bebedores, muchos A.A. hicieron votos solemnes, juramentos de abstinencia, y muchos frecuentemente lograban abstenerse sin resultados perdurables. El enfoque de A.A. es más práctico. Se basa en la idea de que cada bebedor problema, en una u otra epoca, ha pasado, por lo menos, 24 horas sin beber. Por esto, los miembros no se comprometen a dejar de beber para siempre, ni por ningún plazo largo de tiempo. Se dan cuenta de que hoy no se puede hacer nada respecto al trago que deseen mañana. Los A.A. se concentran en mantenerse sobrios hoy — durante estas 24 horas. Del mañana se ocuparán cuando llegue.

Debido a que asistir asiduamente a las reuniones de A.A. desempeña una parte decisiva en el mantenimiento de la sobriedad, los seres queridos de un alcohólico tal vez se preguntarán dónde encajan ellos dentro del programa de recuperación. Algunas de estas personas asisten a las reuniones abiertas de A.A. Les deparan una oportunidad para participar en el viaje del alcohólico hacia una vida sana. Ofrecen también la oportunidad de ver cómo otra gente está respondiendo al reto de vivir con un bebedor problema que ya no bebe. Las reuniones de Al-Anon, anteriormente mencionadas, les ofrecen otras oportunidades para reunirse y hablar de sus problemas con gente que se encuentra en circunstancias similares a las suyas.

Es probable que la mayoría de la gente, al asistir a una reunión de A.A., así como en sus contactos con miembros de la Comunidad, se impresione mucho con la frecuencia con que la gente ríe y con el ambiente de camaradería calurosa y de buen humor que existe. Esto es característico de A.A. Por lo general, los miembros toman su alcoholismo en serio, pero no a sí mismos. Una parte del proceso de recuperación es reírse de las experiencias que una vez le hicieron llorar.
Nuestro Programa de Recuperación
Al comienzo de nuestra asociación con A.A., oímos hablar de los “Doce Pasos” de recuperación del alcoholismo. Aprendimos que estos Pasos representaban un intento por parte de los primeros miembros de dejar constancia por escrito de su progreso desde una forma de beber descontrolada hasta la sobriedad. Descubrimos que un factor clave de este progreso parecía ser la humildad, junto con la dependencia de un Poder Superior a nosotros mismos. Aunque algunos miembros prefieren dar a este Poder el nombre “Dios”, nos decían que eso era una cuestión de interpretación personal; podíamos formarnos un concepto del Poder en los términos que más nos convinieran. Ya que el alcohol había sido sin duda alguna un poder superior a nosotros mismos en nuestros días de bebedores, teníamos que admitir la posibilidad de que no pudiéramos manejarlo todo por nosotros mismos, y tenía sentido recurrir a otra parte en busca de ayuda. Según nos hemos ido desarrollando en A.A., nuestro concepto de un Poder superior ha llegado a ser más maduro. Pero siempre ha sido nuestro concepto personal; nadie nos lo ha impuesto.

Finalmente, hemos observado que del Paso Doce y de la experiencia de los miembros veteranos, se desprendía que el trabajo con otros alco hólicos era una forma eficaz de fortalecer nuestra propia sobriedad. Siempre que fuera posible, nos esforzábamos por cumplir con la parte que nos correspondía, teniendo presente en todo momento que la otra persona era la única que podía determinar si era o no era alcohólica.

También nos guiamos por la experiencia de los muchos A.A. que han dado un nuevo significado a tres refranes o lemas bastante trillados: “Lo primero, primero” es uno de los lemas que nos recuerda que, por deseosos que estemos de intentarlo, no podemos hacerlo todo de un golpe, que tenemos que ser conscientes de la primordial importancia de nuestra sobriedad en cualquier intento de reconstruir nuestras vidas.

Otro viejo refrán que tiene un nuevo significado para los alcohólicos que a menudo son culpables de trabajar frenética y precipitadamente en cualquier cosa que estén haciendo es: “Tómalo con calma”. La experiencia ha demostrado que los alcohólicos pueden y deben aprender a andar a paso comedido. “Vive y deja vivir” es el tercer lema, una repetida sugerencia de que los alcohólicos, no importa cuántos años se hayan mantenido sobrios, no pueden permitirse ser intolerantes con los demás.

Los libros y folletos de A.A. también son útiles. Poco tiempo después de ingresar en A.A., la mayoría de nosotros tuvimos la oportunidad de leer Alcohólicos Anónimos, el libro de la experiencia de A.A. en el que los miembros pioneros pusieron por escrito por primera vez sus historias y los principios que creían que les habían ayudado a recuperarse. Muchos miembros, sobrios durante largos años, siguen refiriéndose a este libro y a otros siete más para encontrar ideas e inspiración. (Todos los títulos aparecen en la lista al final de este folleto.) Además, A.A. publica una revista internacional mensual, el Grapevine de A.A., tanto para los principiantes como para los veteranos.

Ya que A.A. es en esencia una manera de vivir, pocos de nosotros hemos podido describir con perfecta exactitud cómo contribuyen precisamente los diversos elementos del programa de recuperación a nuestra presente sobriedad. No todos interpretamos ni vivimos el programa de A.A. de la misma forma. No obstante, todos podemos atestiguar que A.A. da resultados para nosotros, mientras que otros intentos de lograr la sobriedad han fracasado. Muchos miembros que llevan ya varios años sobrios dicen que sencillamente aceptaron el programa “por fe” y que todavía no saben completamente cómo A.A. trabaja a su favor. Mientras tanto siguen tratando de pasar su fe a otras personas que conocen muy bien la forma desastrosa en que el alcohol trabaja en contra del alcohólico.
Los Doce Pasos de Alcohólicos Anónimos
1. Admitimos que éramos impotentes ante el alcohol, que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables

2. Llegamos a creer que un Poder Superior a nosotros mismos podría devolvernos el sano juicio

3. Decidimos poner nuestras voluntades y nuestras vidas al cuidado de Dios, como nosotros lo concebimos

4. Sin miedo hicimos un minucioso inventario moral de nosotros mismos

5. Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos, y ante otro ser humano, la naturaleza exacta de nuestros defectos

6. Estuvimos enteramente dispuestos a dejar que Dios nos liberase de nuestros defectos

7. Humildemente le pedimos que nos liberase de nuestros defectos

8. Hicimos una lista de todas aquellas personas a quienes habíamos ofendido y estuvimos dispuestos a reparar el daño que les causamos

9. Reparamos directamente a cuantos nos fue posible el daño causado, excepto cuando el hacerlo implicaba perjuicio para ellos o para otros

10. Continuamos haciendo nuestro inventario personal y cuando nos equivocábamos lo admitíamos inmediatamente

11. Buscamos a través de la oración y la meditación mejorar nuestro contacto consciente con Dios, como nosotros lo concebimos, pidiéndole solamente que nos dejase conocer su voluntad para con nosotros y nos diese la fortaleza para cumplirla

12. Habiendo obtenido un despertar espiritual como resultado de estos pasos, tratamos de llevar el mensaje a los alcohólicos y de practicar estos principios en todos nuestros asuntos.
Las Doce Tradiciones de Alcohólicos Anónimos
1. Nuestro bienestar común debe tener la preferencia; la recuperación personal depende de la unidad de A.A.

2. Para el propósito de nuestro grupo solo existe una autoridad fundamental: un Dios amoroso tal como se exprese en la conciencia de nuestro grupo. Nuestros líderes no son más que servidores de confianza. No gobiernan

3. El único requisito para ser miembro de A.A. es querer dejar de beber

4. Cada grupo debe ser autónomo, excepto en asuntos que afecten a otros grupos  o  a  Alcohólicos Anónimos considerado como un todo

5. Cada grupo tiene un solo objetivo primordial: llevar el mensaje al alcohólico que aún está sufriendo

6. Un grupo de A.A. nunca debe respaldar, financiar o prestar el nombre de A.A. a ninguna entidad allegada o empresa ajena, para evitar que los problemas de dinero, propiedad y prestigio nos desvíen de nuestro objetivo primordial

7. Cada grupo de A.A. debe mantenerse completamente a sí mismo, negándose a recibir contribuciones de afuera

8. A.A. nunca tendrá carácter profesional, pero nuestros centros de servicio pueden emplear trabajadores especiales

9. A.A. como tal nunca debe ser organizada; pero podemos crear juntas o comités de servicio que sean directamente responsables ante aquellos a quienes sirven

10. A.A. no tiene opinión acerca de asuntos ajenos a sus actividades; por consiguiente su nombre nunca debe mezclarse en polémicas públicas

11. Nuestra política de relaciones públicas se basa más bien en la atracción que en la promoción; necesitamos mantener siempre nuestro anonimato personal ante la prensa, la radio, el internet y el cine

12. El anonimato es la base espiritual de todas nuestras Tradiciones, recordándonos siempre anteponer los principios a las personalidades
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